Hace 4 años empecé a ir a un centro de meditación budista para aprender a meditar como es obvio, pero también para conocer un poco más del budismo y su forma de ver la vida.
A día de hoy, sé que fue la mejor decisión que tomé pues me cambió y empecé a ser una versión mejor de mí misma. Sé que suena a tópico, pero ahora os contaré cómo pasó y cómo cambió mi perspectiva sobre el amor y las relaciones de pareja entre otras cosas.
En este centro, además de meditar se realizaban reflexiones sobre distintos ámbitos de la vida como el amor y el apego, el odio, la gratitud, la personalidad…
Recuerdo mi tercer o cuarto día, que al finalizar la clase e ir hacia el coche, rompí a llorar, pero no de tristeza sino de satisfacción. De caminar en paz, de tener la mente relajada y tranquila, de no pensar en nada, simplemente de SER en ese momento, de darme cuenta de mi persona. Una sensación de conexión con mi ser y el entorno. Hacía mucho tiempo que no me dedicaba tiempo únicamente para mí.
Me gustaría, y lo digo de verdad, que todos llegaseis a sentir algo así porque es sumamente liberador. Todo deja de importar “demasiado”.
Con esto, quiero decir que tampoco hacen falta muchas sesiones para darte cuenta que nos enfocamos mucho en lo negativo, en las situaciones que nos pasan que no son realmente vitales y que nos hacen perder una energía enorme. Una discusión, la lista de la compra, llamadas por hacer…
Durante la meditación, te obligabas a estar y sentirte en ese momento, en ese presente. No en futuros, ni pasados. El tiempo que inviertes te lo dedicas única y exclusivamente a TI.
Tomar conciencia de tu persona, hace que te replantees muchas cosas en tu vida, cómo afrontas ciertas situaciones y si de verdad las estás afrontando como mejor te conviene. Obviamente, este pensamiento también cambió mi perspectiva del amor y las relaciones, donde yo solía dar el 1.000% y en muchas ocasiones, me olvidaba de mi. Podéis leerlo en este otro post.
El amor Disney
Todos hemos tenido (o todavía se tiene) la concepción del amor como:
- Una mitad que te completa – tu media naranja.
- Para siempre: Juntos hasta que la muerte nos separe.
- Necesario para realizarte como persona: Casarte – casa – hijos.
- La mujer es quien se «sacrifica» por ese amor eterno.
Obviamente, es una visión idealizada del amor. Mirad qué perspectivas tan altas, algo que te complete, algo que dura para toda la vida, algo necesario para ser alguien en la vida o completar la misión de la vida.
Pero ahí no acaba todo, desde pequeños nos han lavado el cerebro con otros mitos como:
- Amor a primera vista: No es amor, es atracción. El amor es una cosa bien distinta que no deberíamos relacionar inmediatamente con que alguien nos guste o atraiga en una “primera cita” o en “primer encuentro”.
- El amor lo puede todo: No, si nos maltratan física o psicológicamente, si nos anulan como personas, si nos bajan nuestra autoestima, nos ningunean, no nos tienen en cuenta, nos nos dejan crecer, nos prohíben y un largo etcétera, el amor NO lo justifica, NO lo perdona, NO lo consiente. NO ES AMOR.
- Sororidad nula: Siempre la enemiga, la malvada, es otra mujer. Desde pequeñas nos asocian la maldad con nuestras congéneres femeninas, como si fuesen la competencia y alguien de quien no te puedes fiar.
- Parejas heterosexuales
- Familia biparental
Las bases de este amor Disney son puro APEGO.
Apego según Wikipedia
Vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos individuos, por medio de sus interacciones recíprocas, y cuyo objetivo inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza, ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección.
Y dirás, pues ¿suena muy bien no?
Pues NO
Es un afecto que generas en base al miedo de esa amenaza:
- Seguridad: miedo de estar solo/a
- Consuelo: miedo de no tener a nadie que te escuche o apoye (otra vez miedo a estar solo/a)
- Protección: Miedo/inseguridad de valerte por ti misma (de nuevo, miedo a estar solo/a)
¿Escoges tu pareja en función de tus miedos? Y más aún, ¿Cargas a esa persona la obligación de suplir TUS miedos?
Un “amor” construido sobre estos temores hace que vivas en una relación ficticia, basada en esas expectativas que has puesto sobre la otra persona, y por tanto creando, en tu mente, una persona paralela e irreal. Es decir, estas “enamorado/a” de esa versión mental que te has creado, y a partir de ahí, todo lo que la persona real realice y sea contrario a lo que tú esperabas del ficticio, te deprime y te entristece. SUFRES.
¿Por qué sufres? Porque piensas que tal vez no sea tu príncipe azul, tal vez no sea tu media naranja, tal vez vuestro amor no dure para toda la vida, tal vez te quedes solo/a. – Traumita Disney –
La realidad es que somos un todo. Una persona completa, pero con temores, inseguridades, miedos, caprichos, problemas… Y debemos lidiar con ellos y saber manejarlos o superarlos para no tener que cargarle a otro, la pareja, “el muerto”.
El amor real
Amor, Def:
Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.
Con esta definición te darás cuenta si realmente amas a tu pareja o sientes apego por ella.
¿Le deseas todo lo bueno? o ¿Le haces putaditas cuando hace planes sin ti? ¿Tal vez decides no contestarle en 4 horas porque él/ella ha tardado 3? ¿Puede que dejes de hablarle durante horas (o días) porque ha quedado con un amigo o amiga?
Es más, y si te dice que quiere a otra persona y por ello quiere romper contigo, ¿tu le puteas, le ruegas para que se quede y no te deje solo/a? o por el contrario ¿le deseas lo mejor y que sea feliz aunque eso suponga no estar contigo?
Si es lo primero, sientes apego, si es lo segundo, sientes amor verdadero.
Asumir que tu pareja se va porque está mejor sin ti, no significa que no sufras, que no lo pases mal y no lo eches de menos.
Muchos piensan que este tipo de amor significa ser una piedra y no tener sentimientos pero están completamente equivocados.
Significa que controlas tus miedos y que no se los cargas a la otra persona. Tu locus de control es interno y te haces responsable de tus sentimientos. Tu desdicha, no es por culpa de otros, es por cómo te tomas las cosas y dejas que te afecte, y esto es aplicable a TODOS los ámbitos de tu vida, no solo a las relaciones.
Controla tus emociones y entonces podrás decidir cuándo y cómo te afectan las cosas. Serás dueño de la situación, no la situación de tí.
Cómo es una relación de amor verdadero
Seguro que os estáis preguntando cómo sería una relación así ya que hemos crecido con el apego como base de las relaciones y no entendemos hacer nuestra vida sin que otra parte la complete. Pero es muy sencillo.
Las relaciones basadas en el amor verdadero NO SE DAÑAN.
No buscan herir, no buscan la venganza, no buscan discutir, no se hacen “putaditas”, no se prohíben cosas, no se condicionan, no tienen celos, no se intentan cambiar.
El amor verdadero supone hacer tu camino AL LADO del otro, no a su costa.
- No existe el «sacrificarse»
- Siempre se busca lo mejor para la otra persona
- Se dialoga, escuchas y te escuchan
- Se puede hacer vidas separadas (en casas diferentes o planes diferentes)
- No cambia tu vida. Si se rompe la relación, no debería haber mucho cambio, pues la otra persona no te cohibió, ni prohibió ni cambió, simplemente te acompañó en tu vida y tu en la suya.
Conclusión
En una relación donde prima el amor verdadero, ambos son felices CON el otro, EN el otro y, si tiene que ser, SIN el otro.
Esto supone ser feliz con uno mismo, controlar los miedos, por eso es tan típica la frase de hay que saber estar solo. Y es cierto, si controlas tu situación podrás ver a tu pareja tal y como es, no un constructo mental ficticio. Y podrás desarrollar una relación basada en el amor y no el apego.
Es un proceso largo que requiere de autoreflexión y te animo a que des el paso. Verás como muchos otros aspectos de tu vida (familia, compañeros de trabajo, gente con la que interactúas en tu día a día) mejoran.
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